lunes, 26 de noviembre de 2012

MANIFIESTO 25 DE NOVIEMBRE



“El silencio hace invisible”
Instituto de la Mujer de Extremadura
Durante años, las diversas formas de agresiones que sufren las mujeres han sido minimizadas e incluso negadas por la sociedad, situando el problema de la violencia en el ámbito privado, condenando por tanto a las mujeres al sometimiento.

El silencio nos hace cómplices y borra las graves consecuencias de ésta máxima manifestación de la desigualdad entre mujeres y hombres.

Sólo en los últimos 10 años han sido asesinadas 611 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, y 48 menores. En el año 2012 han sido asesinadas en España 41 mujeres, una de ellas en Extremadura, así que siempre es el momento de romper el silencio, PORQUE EL SILENCIO HACE INVISIBLE LA VIOLENCIA.  

Por ello, tenemos que alzar nuestras voces, unir nuestros esfuerzos en un objetivo de transformación social, en todas y cada una de las esferas en las que nos movemos, tanto personales como profesionales.  Una labor que debe ser cotidiana, intensa y tenaz. 

La supresión de los valores culturales que han consentido, justificado, minimizado e invisibilizado este tipo de violencia es tarea prioritaria e implica una reelaboración de nuestro concepto de amor y pertenencia.  Es por ello que el motor básico del cambio debe ser la prevención a través de la educación.  Así mismo se justifica un seguimiento cercano en los nuevos modos y formas de relación entre la juventud, prioritariamente en las redes sociales.  

Es fundamental la coordinación y la implicación de todos los sectores profesionales e institucionales para conseguir la transformación hacia una sociedad libre de violencia de género, así cómo, para mejorar la atención de las mujeres que la sufren.

La concienciación, prevención, coordinación y apoyo, han de ser los pilares fundamentales sobre los que sustentar ésta lucha. 

Somos parte de esta sociedad: como profesionales, como miembros de un vecindario, como amigos y amigas, madres y padres, o hijos e hijas de las víctimas, y estamos obligados moralmente a censurar y denunciar su conducta, a no tolerarla, ni ampararla bajo ninguna excusa. Podemos y debemos señalar con el dedo a los agresores.

Entendemos que con el compromiso valiente y la denuncia activa de una ciudadanía concienciada, se asume que la igualdad es el único valor sobre el que puede asentarse todo el progreso social.  

Que sirva este manifiesto de mensaje de esperanza para toda la sociedad.  Hemos avanzado, y mucho. El paso siguiente es consolidar aquello que las leyes y los movimientos sociales han propiciado: la dignidad de las personas y el respeto a sus diferencias, A NUESTRAS DIFERENCIAS. 

Condenemos hoy y cada día la violencia de género.

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